Llévame donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir… Invierno año 2008, un compañero me dice -¿Vamos a misiones?, preguntaría que cambiaria para siempre mi vida. En un comienzo mi idea era solo una vacaciones a Chillan por poca plata. Pasaban los días y mi celular sonaba recordándome de pagar o asistir a la formación, francamente pensaba en vivir esta experiencia y más aun el día del viaje, cuando me encuentro con un desorden de horario, en ese momento deseaba que todos desaparecieran, las horas siguientes no variaron mucho, sin embargo, en el bus, la llegada y el recibimiento de la gente fue algo que me marco, como un pueblo podía estar tan expectante a la llegada de unos jóvenes que ni siquiera conocían. Vivir la experiencia de misionar, de entregarse a la gente, de compartir, de hablar de Dios es algo único, es increíble como gente que a veces les falta el pan y sin dudar son capaces de abrirte las puertas de su humilde hogar para recibirte. En muchas de las casas te encuentras con diversos problemas, enfermedades, embarazo juvenil, alcoholismo, violencia intrafamiliar, abandono etc. Son casos que quizás crees que nunca tendrás una palabra de aliento, pero no eres tu el que habla, sino que solo somos una herramienta de Dios. Fueron estas cosas las que hicieron que me enamorara y me diera cuenta que mi vida está hecha para servir al otro, además que el ambiente que se vive es muy agradable ver un grupo de jóvenes que siendo muy distintos en forma de pensar, estilo de vida, condición sexual, están todos por un mismo fin, y ese fin es parecerse a Cristo, puede ser que suene demasiado fuerte hablar de parecerse a Cristo, pero analizando un poco las cosas, es así lo que se vive en misiones, compartir, llevar la palabra y entregar nuestro tiempo de descanso al prójimo son cosas que Cristo habitualmente realizaba.
Estos dos años que llevo participando de pastoral han sido increíbles, he vivido 4 misiones, 1 trabajo voluntario, 2 construcción de medias aguas posterior al terremoto y diversos voluntariados tanto en la sede como apoyando a otras. He conocido mucha gente y he hecho grandes amigos, sinceramente creo que mi vida no sería igual si no hubiese entrado a pastoral es real eso que dicen que cuando vuelves de misiones vuelves distinto, no físicamente sino espiritualmente, creo que el vivir misiones es como dice una canción “Señor yo quiero abandonarme, como el barro en las manos del alfarero, toma mi vida y hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo…” Es renacer, es comenzar a ver la vida con otros ojos, con ojos de Misionero.
Te invito a que te arriesgues a vivir esta experiencia, será inolvidable y te marcara para siempre. Un abrazo nos vemos.
Pato Henríquez
Jefe de Servicio: Misiones Verano 2011
Carrera: Comunicación Audiovisual
Sede: San Carlos de Apoquindo
>.< cosiiitooo.! mas tiernoooo tu!
ResponderEliminarsigue asi....ayudando siempre al que mas lo necesita.!
Te adoro...besotesss.!!!_Soy tu comentario 1...i por ti amigo...seria asta tu comentario infinito.! (K)