¿Alguna vez has sentido un deseo tan fuerte en tu interior, por hacer aquello que amas? ¿Por hacer lo que te impulsa a seguir adelante? Es lo que me pasa a mí con mi carrera, jamás me podría ver haciendo otra cosa que no sea actuando o bailando, me impulsa día a día, pero jamás llegué a pensar que en misiones encontraría esa misma pasión, ese mismo impulso.
Aún recuerdo mi primera misión, llegué a inscribirme a pastoral, segura de ir aunque no conocía a nadie. El día que partía a mi primera misión tenía mi examen de actuación, el que en ese entonces no pasé; entonces, mayores fueron mis ganas de ir; al llegar comencé a vivir una experiencia que me limpió, me dio las fuerzas para dar vuelta la página y seguir adelante, no rendirme, fue una experiencia tan interna que me hizo una nueva persona. Desde ese momento, no pude dejar de ir a misiones.
Pero no todas mis misiones fueron experiencias de ese modo, también fueron experiencias con la gente del pueblo, el llegar a sus casas, al abrirnos sus puertas, y ser recibidos con una sonrisa, con alegría, un recibimiento tan inesperado que nunca antes había vivido, me hizo enamorarme de la gente, volver a creer que aún existen buenas personas puras por dentro, ver como nosotros podemos ayudarlos a ellos, siendo nosotros mismos, y como ellos sin que lo sepan nos ayudan a nosotros a ser mejores personas, es otra de las experiencias de misiones que hizo que me fuera enamorando poco a poco, paso a paso de ir a misionar, de hacer de misiones un estilo de vida.
Y así misión tras misión, fui creciendo como persona, aprendiendo hasta el día de hoy; cada misión siempre tenía algo nuevo, nada era lo mismo o igual a la anterior, todo siempre era único, y tan nuevo que después de mi quinta misión me llevé una gran sorpresa, la cual nunca me la imaginé, ni la vi venir, "ser Jefa de Zona", ¿me alegró? Sí, porque era un nuevo desafío, distinto, lleno de nuevas experiencias, alegrías, sonrisas, penas y emociones varias, el cual acepté con el corazón lleno de alegría y con los brazos abiertos, era un camino nuevo para mí, pero sabía que contaría con el apoyo de Dios.
Es por esto y muchas razones más, que puedo decir que misiones se han transformado en otro pilar de mi vida, en otro motor más que me impulsa día a día, que me entrega fuerzas y ganas de seguir adelante, de darlo todo y buscar más.
Javiera Bueno
Jefa de Zona: Misiones de Verano 2011
Carrera: Actuación
Sede: San Carlos de Apoquindo
No hay comentarios:
Publicar un comentario